jueves, 4 de febrero de 2016

PESADA CARGA

 

 PESADA CARGA

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Aunque aún falta más de media hora para que suene el despertador, decide ponerse en marcha.-El tiempo es Oro- Se dice a si misma, mejor a las 6:30 que a las 7.
Pone la cafetera, y mientras se hace el café a fuego lento (me marcó la canción de Roxana), saca un par de naranjas de la nevera, las parte, y con gran habilidad y un exprimidor manual, consigue sacar de estas un vaso entero de zumo en un periquete. Zumo que acompañará al resto del desayuno de su hijo, un Cola-Cao y un bollo o unas galletas que ya están dispuestos sobre una bandeja.
Despierta a su hijo. Vuelve a despertar a su hijo (quien se levanta a la primera aparte de las madres?). Le empuja hasta el salón, le hace desayunar, le lleva hasta el baño y le obliga a lavarse nuevamente los dientes. Mientras tanto, decide tomarse ese maravilloso café y despedir a su marido que ya se va a trabajar. Saca a su hijo del aseo, lugar de permanencia absoluta de los jóvenes de entre 14 y 20 años, y después de revisar su mochila le acompaña hasta la puerta – Vamos!!, que vas a llegar tarde!!, siempre lo mismo, no hay día que se vaya y me quede tranquila- murmura entre dientes.
Se viste rápidamente, y después de lavarse la cara a conciencia, con el principal motivo de terminar de despertarse, coge la correa de las perras y las acompaña a su paseo matinal por el parque.
En cuanto que terminan de hacer sus necesidades, sube a toda prisa, tiene muchas tareas que hacer, y muy poco tiempo para llevarlas a cabo. Pone en uno de los fuegos la olla con el cocido y mientras, bate unos huevos y corta unas patatas para poder hacer un par de tortillas.

Hace las camas, limpia los baños y pasa el aspirador, pues con dos perras en casa no puede dejar de hacerlo ni un solo día, pasar el aspirador, mal pensados.
Decide tomarse unos minutos de relax para poder ducharse.
Continúa haciendo la comida y pone la mesa, su hijo está a punto de llegar del instituto. Comienza a comer ella, pues a las tres y media debe de estar en su trabajo.
Las 15:05 y el niño sin llegar -Donde narices se habrá metido?- no hay tregua. Por fin se abre la puerta. Entra su hijo, regañina de turno, instrucciones de lo que hay para comer y para luego en la cena, aunque esto ya se lo dirá a papá por WhatsApp. Un beso robado a su hijo (ya no hay quien le de un beso al niño) – Hasta luego hijo.
Por la noche llega a casa, su marido la espera para cenar, y lo que surja...Antes de nada va la habitación de su hijo a ver si con suerte aún sigue despierto y puede preguntarle por los deberes, pero no hay suerte, le arropa y da un beso en la frente, apaga la tele.
Terminan de cenar a las 23, se sienta en el sofá con una taza de Té, y se recuesta levemente en la cabecera del mismo hasta que su cuerpo queda por completo en posición horizontal, y sus ojos están cerrados.
Su marido la mira y piensa -No lo entiendo, yo también he tenido un día duro en la oficina.

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Maravillosa Foto de mi amiga Nines (Nueve pinceladas)

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Kino Barquilla-Febrero 2016- © Derechos registrados

 

4 comentarios:

  1. Buen resumen del día a día rutinario de las santas madres.

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  2. Dura la vida de las amas de casa, dura la vida de un matrimonio, dura la vida familiar... ¡PERO NADA TAN DURO COMO LA SOLEDAD! Muy bueno el relato, lo refleja genial y un tono myc ercano y familiar. Félix, el bibliotecario de La Mansión

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    1. Muchas gracias amigo,de verdad que me alegra que te haya gustado. Un saludo

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