martes, 21 de febrero de 2017

PERDIDA



PERDIDA

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- Mierdaaaaa..!!! – pegó un frenazo seco al mismo tiempo que daba un volantazo.         -¿Pero qué coño es eso?

Iba distraído buscando una emisora en la radio del automóvil, cuando al levantar la cabeza había visto un bulto entre la espesa lluvia que caía sobre todo el condado desde hacía horas, a veces convertida en nieve debido al frío. Rápidamente dio marcha atrás para ver que era. Al acercarse lo vio claro –joder, he estado apunto atropellar a un niño- pensó.

Bajó del coche sin pensar en nada más, y acercándose al niño le preguntó – ¿estás bien pequeño?- El niño, que tenía el rostro oculto bajo la capucha tan solo acertó a mover la cabeza de arriba abajo afirmativamente. Le agarró del brazo y le metió en el coche, después, rodeando el vehículo se metió en el lado del conductor.

Bajo la luz del interior del vehículo pudo comprobar que no era un niño, sino una niña. No supo definir su edad, pero estaría en torno a los 14-16 años. En estas edades, y sobre todo en las chicas, era difícil saber cuál era su verdadera edad, pues ya empezaban a pintarse como si realmente fueran mucho más mayores.

Comenzó el interrogatorio. -¿Estás bien?, ¿Cómo es que estás sola?, ¿Y tus padres?, ¿Dónde ibas sola a estas horas?- La chica comenzó a contestar con una serenidad innata para alguien tan pequeño.

- Sí gracias, estoy bien. Venía de casa de unos amigos cuando comenzó a llover, creo que me he despistado un poco y he aparecido en esta carretera. Mi madre se marchó hace años, cuando mi padre empezó a pegarla, al principio solo eran insultos, al poco se convirtieron en palizas, así que, un día cuando me levanté ya no estaba en casa, se había llevado todas sus cosas. Supongo que pensó que a mí no me pasaría nada, aún tenía 11 años cuando eso ocurrió. Mi padre murió hace meses, así que ahora vivo sola.

Él se había quedado blanco escuchando el relato de la chica, breve e intenso como ninguna otra cosa que hubiera escuchado nunca

- Bueno, no te preocupes, ahora estás a salvo, yo te llevaré a un lugar donde te van a cuidar, no temas.
- Muchas gracias por recogerme, pero no tengo con que pagarle, tan solo...
- No es necesario que me pagues nada- cortó el rápidamente.
- ¿Sabe?, mi padre siempre decía que aquellas chicas que no estudian solo pueden dedicarse a dos cosas, cuidar de su marido o ser putas…
- No deberías de hablar así, una chica…
- En el estado Wyoming tan solo tenemos 8 escuelas, la más cercana a mi casa se encuentra a 28 millas, y como soy la única persona en edad escolar en nuestro pueblo, han decidido que no merecía la pena que la ruta pasara por allí. Así que, estudios no tengo, y como ve, soy muy joven para estar casada. ¿Adivina cómo le voy a pagar?
- ¿Pero que dices pequeña? No puede ser, eres una cría, te voy a llevar a…
- No se preocupe, ¿cree que es la primera vez que me pasa? Mi padre comenzó a abusar de mí apenas dos días después de la marcha de mi madre, y desde entonces he asumido cual sería mi trabajo en la vida…
- Noooo, no puedes estar diciendo eso, pero si tan solo tienes,,,

La chica se quitó la capucha, y dejó al descubierto su cara, un rostro precioso, y que la hacía parecer unos cuantos años mayor de lo que en realidad era. Al mismo tiempo, y con la otra mano, tapó la boca de su interlocutor.

- Chissst, no pasa nada, tranquilo, no te sientas culpable, he aprendido cuál es mi destino. Tú te portas bien conmigo y yo haré lo mismo contigo.

Sin saber por qué y sin atender a razón alguna, él había comenzado a sentir una ligera excitación. Aún estando asqueado por todo lo que la chica le estaba contando, sentía como una pequeña brizna de deseo se asomaba en su mente, o en otra parte de su cuerpo.
La chica se dio cuenta enseguida y comenzó a acariciar suavemente la entrepierna de él, mientras este la agarraba del brazo intentando retirarlo, pero sin apenas convicción, el deseo iba ganando terreno al asco que pudiera sentir por si mismo y por lo que estaba a punto de pasar.

- No, por favor, para, no tienes que hacerlo… ya está bien, es suficiente. Yo…
- Tranquilo, como te dije, estoy acostumbrada a hacerlo, ya verás.

Con la mano libre, extrajo rápidamente un afilado cuter que dirigió al cuello del conductor, y con un movimiento experto sesgó su yugular.
- ¿Ves?, te dije que estaba acostumbrada a hacerlo, tan solo tengo que pensar en papa y así todo es más fácil. Una pena, casi pasas la prueba…
Salió del coche, y comenzó a caminar entre la nieve.



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Gracias a Sara V. por hacer de modelo (con la que estaba cayendo, ¿verdad?)

Gracias Nines por la edición de la fotografía



Kino Barquilla- Febrero 2017- ©Derechos registrados

lunes, 6 de febrero de 2017

DESEO IRREFRENABLE



DESEO IRREFRENABLE

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No sabía muy bien cómo definirlo, ¿quizás aspiración?, ¿o ya se había convertido en una obsesión?. El caso es que desde que la había visto en su trabajo, había sentido un irrefrenable deseo de poseerla. 


Ahora la tenía cerca, la tocó de manera casi imperceptible, sin que ninguno de sus compañeros se diera cuenta de lo ocurrido salvo él. Sabía que era otro hombre el que gozaba con ella, y solo de pensarlo…


Estaba decidido, si no era de él, no sería de nadie, estropearía su belleza, de tal modo que nadie la quisiera… Cuando la tuvo aún más cerca, asió con fuerza la plancha de vapor con la que trabajaba en la lavandería, y la plantó encima sin ningún tipo de remordimiento.
El olor a piel quemada alertó al resto de compañeros de trabajo, después de eso todo fue uno.


Llegó la policía para abrir diligencias. Por supuesto perdió su trabajo, ese que tanto le había costado conseguir. Al final, como ocurre muchas veces en estos casos, no hubo denuncia, unas veces por miedo a represalias, otras por...


No sin esfuerzo, había conseguido que sus padres se hicieran cargo de los más de 600€ que costaba la chaqueta evitando la denuncia del propietario. Eso sí, a cambio debería volver a casa y tomar la medicación que desde hacía más de 6 meses había dejado de lado… Era eso, o volver al hospital psiquiátrico.

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Gracias a SUSANA por dejarme una de sus maravillosas fotografías

 

Kino Barquilla- Febrero 2017- ©Derechos registrados


 

jueves, 3 de noviembre de 2016

VIVIENDO MENTIRAS


                              VIVIENDO MENTIRAS

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Camina distraído por el pasillo principal de un abarrotado Centro Comercial.
Mira hacia uno y otro lado sin apenas prestar atención a lo que ve, cuando de repente escucha su voz..

- Manu.!! Manu, ¿Qué pasa hombre?, ¿Cómo te va la vida?
Manu no lo puede creer, de todas las personas que conoce de su infancia, tiene que encontrarse precisamente con “él”. Se le queda mirando impasible, sin mover un solo músculo, como si con esa actitud pudiera conseguir que su cuerpo se evaporara y su antiguo “amigo“ del barrio pasara de largo sin poder verle. Pero como era lógico, eso no sucede. Román, que así se llama, se acerca hasta él, y cogiéndole por los hombros lo zarandea un poco – Vamos hombre, despierta!!, ¿Qué pasa, ya no me recuerdas?. ¿Cuánto hace que no nos vemos?, ¿4 años?.

Manu sale de su pequeño trance gracias en parte al zarandeo, en parte la voz chirriante de Román.
- Hola Román, cuanto tiempo… perdona, iba un poco distraído y…
- Si claro- corta Román –seguro que ya le has echado el ojo a alguna mujer, jajaja-  se ríe de manera socarrona de una ocurrencia que como de costumbre solo le ha hecho gracia a él.
- Ah por cierto, ¿Te acuerdas de mi hija Carla?, Carla.!!, Carla.!!    - Román eleva un poco “más” la voz para que ésta, que se encuentra junto a un escaparate cercano, le pueda escuchar.


 Carla se acerca hasta donde se encuentran los dos hombres, y con voz tímida saluda a Manu – Hola Manu…cuanto tiempo..
- Cierto, mucho tiempo, la última vez que te vi, estabas a punto de cumplir los 18 años, y ahora..
- 22 añitos ni más ni menos- cortó Román –Toda una mujer.!!, pero a pesar de todo aún no me ha presentado a ningún novio, jajaja- Vuelve a reír de manera grotesca dejando en vergüenza a sus dos acompañantes.

- Bueno qué, ¿Nos acompañas a tomar algo?, después de tanto tiempo..
- No te preocupes Román, quizás otro día, no quiero yo…
- No hombre no, después de tanto tiempo que menos que una cervecita, No acepto uno por respuesta.
- Pero papá…-interviene Carla intentando librarse de una situación que no desea
- Carla, no tenemos prisa, tú misma me has dicho que no tenías nada que hacer esta tarde, así que, no se hable más..

Empuja a ambos hacia una cafetería cercana.
Una vez en el interior se sientan en una mesa, y Román continua con su cháchara habitual.
- Entonces.. ¿Sigues soltero?, menudo Casanova, jajaja- Una nueva risotada.
Manu apenas presta atención, su mirada pasa rápidamente de la cara de Román a los claros ojos de Carla, que a su vez mantiene una actitud indiferente hacia la conversación de los dos hombres, y no levanta la vista del móvil que mantiene entre las piernas mientras escribe en él.
Pi, Pi..!! Suena el móvil de Manu – Perdonad es importante- se disculpa mientras lee: “Quizás deberíamos decírselo, 4 años viviendo una mentira son muchos años”.

Guarda el teléfono en el bolsillo de la chaqueta y baja los brazos hasta que estos quedan escondidos bajo la mesa. Con delicadeza coge la mano de Carla y la acaricia. Mira a Román, esta vez con aire de superioridad y le contesta – Tranquilo Román, el día que encuentre pareja… tú serás el primero en saberlo, no lo dudes…


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Gracias a SUSANA por dejarme una de sus maravillosas fotografías

Kino Barquilla-Noviembre 2016- © Derechos registrados

sábado, 15 de octubre de 2016

DOBLE O NADA


DOBLE O NADA

(LECTURA PARA ADULTOS)

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Sus miradas se cruzaron tres o cuatro veces, lo suficiente como para poder comprobar que de entre toda la multitud que ocupaba ese nuevo local de ocio, de ellos dos manaba una extraña atracción, como si de dos imanes se tratase.

Los focos cambiaban constantemente de luz, y las bolas de espejo que colgaban por todas partes en la sala, lo hacían conferir un aire ochentero a pesar de ser un local completamente nuevo.

Él, no mucho más de 35 años, vestido con traje de marca y buenos zapatos, alto, quizás uno ochenta y dos, a lo mejor un poco más, de cabello pardo, y unos ojos de un color verde oscuro que pudieran parecer castaños, casi como su pelo, permanecía con la espalda apoyada en una de las columnas de acero, y tan solo desviaba su mirada de la de ella cuando se arrimaba el vaso a la boca para dar un pequeño sorbo a su bebida.

Ella, cercana a los 40, con un marcada identidad y forma de vestir que la hacía parecer más joven, pero al mismo tiempo dejaba claro que quería mantener el control. Vestía un traje de chaqueta y falda, cuya medida apenas traspasaba la mitad de su muslo, lo cual la hacía permanecer con las piernas cruzadas pues de lo contrario podría dejar entrever algo más de lo deseado.  También lucía unas altas sandalias de tacón que resultaban realmente insinuantes, no llevaba medias, no la hacían falta. Su larga melena morena, estaba recogida en un moño que se sujetaba gracias a un serio pincho oriental que lo atravesaba de lado a lado. Seguramente era una de tantos y tantas trabajadores que desempeñaban sus labores en los bufetes de los aledaños.

Siempre atrevida decidió dar el primer paso, se levantó lentamente del taburete, dejando que la imaginación de él comenzará a volar, e igual de pausada se acercó hasta el tipo que no le quitaba ojo.

Cuando le tuvo lo suficientemente cerca le soltó al oído -¿Tan solo sabes mirar?, ¿o tienes otras habilidades?
No esperó respuesta, simplemente, se dio la vuelta y comenzó a andar hacia el interior del local. La siguió, tenía que descubrir si esa pregunta era un reto, o solo una manera de librarse de una mirada incomoda…
Caminaba entre la gente que prácticamente se apartaban a su paso. Él la seguía todo la rápido que podía, tropezando con aquellos que se daban la vuelta para observarla.  
Anduvo hasta llegar al pasillo de los lavabos, giró la cabeza ligeramente, insinuándose, y buscando con su mirada la del tipo bien vestido. La encontró rápido…

Esa era una señal, pensó, y continuó tras de ella creyendo que pronto iban a acabar los dos en los lavabos, pero no fue así, ella continuó caminando por el pasillo hasta llegar a la puerta de salida de emergencia del local, se volvió hacia él con una sonrisa en la boca, y desapareció tras la puerta.
No dudó, tenía que ser suya, rápidamente alcanzó la puerta y salió hasta la parte trasera del local, un pequeño callejón repleto de cajas de bebida vacías alumbrado por una triste farola.

Comenzó a buscar con la mirada hasta que pudo ver el punto de luz de una pequeña brasa casi escondido tras una pila de cajas, se acercó para comprobar que era la mujer  fumando un cigarro del cual aspiraba prolongadas caladas, para posteriormente expulsar el humo de manera insinuante en dirección a su cara.
Se acercó hasta ella, y le arrebató el cigarro que dejó caer en el suelo mientras con la otra mano la atraía hacia si mismo. Ella, inicialmente se dejó hacer, pero pronto se liberó de él y lentamente se agacho quedando en cuclillas. Su mano comenzó a aflojar el cinturón y a desabrochar su pantalón, que dejó que se deslizara entre sus piernas. Llevó su mano hacia el pene que ahora lucía erecto, y comenzó a rodearlo con sus labios.

Con cada movimiento de ella, una pequeña ráfaga de excitación recorría su cuerpo, y poco a poco notaba como esta iba creciendo.
Con los años, había adquirido cierta destreza y experiencia, y cuando notó unas pequeñas contracciones en el pene decidió parar. No, aún no podía correrse. Él se encontraba sumamente excitado y deseaba que continuase, pero ella se levantó justo en el mismo momento en que la puerta se volvía a abrir…

-Querida, sabes que no me gusta que me excluyas- el tipo que aparecía por sorpresa en el callejón, debía de tener cerca de 50 años, pero su apariencia era la de una persona saludable, uno de esos ricos cuya única dedicación en su vida es amasar dinero, cuidar su cuerpo, y follarse a todo lo que le viene en gana.

-Te estaba esperando- lo dijo casi susurrando. Su mirada era lasciva, y era tanto el calor que emanaba de su cuerpo que podía decirse que la temperatura había subido tres o cuatro grados de golpe en esa miserable calleja. Miró al joven, que aún estaba alucinando con lo sucedido, pero cuyo pene aún se mantenía rígido –Tú eliges, ¿Doble o nada?- le interpeló la mujer morena

Sin apenas pensarlo, la agarró fuertemente dándola la vuelta, y apoyando su cuerpo en un pequeño contenedor la penetró con vigor…

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Gracias José A. B. Díaz por esta genial pintura

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Kino Barquilla-Octubre 2016- © Derechos registrados


miércoles, 12 de octubre de 2016

LIMPIEZA A FONDO 2/2


                   Esta es una historia continuda, se recomienda leer el relato anterior                      LIMPIEZA A FONDO 1/2

LIMPIEZA A FONDO 2/2

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- Hola mamá, no vengo de ningún sitio, bueno sí, la verdad es que había quedado con Bryan para entrenar en el lago, pero al parecer ha pasado mala noche y hemos decidido aplazarlo para mañana, ¿Y tú?, ¿Qué tal la guardia?



- Me dejas más tranquila Mike, sabes que no me gusta que salgas hasta tan tarde. ¿Mi guardia?, bien, como todos los Sábados… borrachos y gente heridas en reyertas o accidentes de tráfico, por eso no quiero que salgas. Oye, ¿Dónde está Tom?, he subido a mi habitación y no estaba.



- Lo siento mamá, ayer tuve una pequeña discusión con él después de que te llamara puta, y le dije que si eso era lo que pensaba de ti, que por qué no se iba a buscar una mujer más decente, cogió su ropa, la metió en una bolsa de basura y se fue sin más. Lo siento… pero ya te lo advertí, no era tu tipo, y era mala persona.



- Claro Mike, ni él, ni John, ni ninguno de los otros dos que han pasado por mi vida estos dos años. Sabes que siempre querré a tu padre como no podré hacerlo con otro hombre, pero tengo 41 años, ¿Lo entiendes?.



- Por supuesto mamá, sé perfectamente que eres una mujer joven, pero no te preocupes, yo siempre estaré a tu lado, recuerda lo que dijo papá, ahora tú serás el hombre de la casa Mike, y no debes dejar que le pasa nada a tu madre.

  
Mike se acerca a su madre, le da un pequeño pico en los labios y se da la vuelta mientras mira sus manos, el guante debía de estar roto y tiene restos de sangre en una de las uñas, se dirige con urgencia hasta el lavabo y elimina cualquier prueba que pueda relacionarle con la muerte de ningún hombre. Un error de principiante para alguien que ya ha hecho esto tres veces más…


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Gracias Nines por la foto


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Kino Barquilla-Octubre 2016- © Derechos registrados