PESADA CARGA
PESADA CARGA
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Aunque
aún falta más de media hora para que suene el despertador, decide
ponerse en marcha.-El tiempo es Oro- Se dice a si misma, mejor a las
6:30 que a las 7.
Pone
la cafetera, y mientras se hace el café a fuego lento (me marcó la
canción de Roxana), saca un par de naranjas de la nevera, las parte, y
con gran habilidad y un exprimidor manual, consigue sacar de estas un
vaso entero de zumo en un periquete. Zumo que acompañará al resto del
desayuno de su hijo, un Cola-Cao y un bollo o unas galletas que ya están
dispuestos sobre una bandeja.
Despierta
a su hijo. Vuelve a despertar a su hijo (quien se levanta a la primera
aparte de las madres?). Le empuja hasta el salón, le hace desayunar, le
lleva hasta el baño y le obliga a lavarse nuevamente los dientes.
Mientras tanto, decide tomarse ese maravilloso café y despedir a su
marido que ya se va a trabajar. Saca a su hijo del aseo, lugar de
permanencia absoluta de los jóvenes de entre 14 y 20 años, y después de
revisar su mochila le acompaña hasta la puerta – Vamos!!, que vas a
llegar tarde!!, siempre lo mismo, no hay día que se vaya y me quede
tranquila- murmura entre dientes.
Se
viste rápidamente, y después de lavarse la cara a conciencia, con el
principal motivo de terminar de despertarse, coge la correa de las
perras y las acompaña a su paseo matinal por el parque.
En
cuanto que terminan de hacer sus necesidades, sube a toda prisa, tiene
muchas tareas que hacer, y muy poco tiempo para llevarlas a cabo. Pone
en uno de los fuegos la olla con el cocido y mientras, bate unos huevos y
corta unas patatas para poder hacer un par de tortillas.
Hace
las camas, limpia los baños y pasa el aspirador, pues con dos perras en
casa no puede dejar de hacerlo ni un solo día, pasar el aspirador, mal
pensados.
Decide tomarse unos minutos de relax para poder ducharse.
Continúa
haciendo la comida y pone la mesa, su hijo está a punto de llegar del
instituto. Comienza a comer ella, pues a las tres y media debe de estar
en su trabajo.
Las
15:05 y el niño sin llegar -Donde narices se habrá metido?- no hay
tregua. Por fin se abre la puerta. Entra su hijo, regañina de turno,
instrucciones de lo que hay para comer y para luego en la cena, aunque
esto ya se lo dirá a papá por WhatsApp. Un beso robado a su hijo (ya no
hay quien le de un beso al niño) – Hasta luego hijo.
Por
la noche llega a casa, su marido la espera para cenar, y lo que
surja...Antes de nada va la habitación de su hijo a ver si con suerte
aún sigue despierto y puede preguntarle por los deberes, pero no hay
suerte, le arropa y da un beso en la frente, apaga la tele.
Terminan
de cenar a las 23, se sienta en el sofá con una taza de Té, y se
recuesta levemente en la cabecera del mismo hasta que su cuerpo queda
por completo en posición horizontal, y sus ojos están cerrados.
Su marido la mira y piensa -No lo entiendo, yo también he tenido un día duro en la oficina.
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Kino Barquilla-Febrero 2016- © Derechos registrados
Buen resumen del día a día rutinario de las santas madres.
ResponderEliminarYa lo creo amigo, me alegro de verte por ahí
EliminarDura la vida de las amas de casa, dura la vida de un matrimonio, dura la vida familiar... ¡PERO NADA TAN DURO COMO LA SOLEDAD! Muy bueno el relato, lo refleja genial y un tono myc ercano y familiar. Félix, el bibliotecario de La Mansión
ResponderEliminarMuchas gracias amigo,de verdad que me alegra que te haya gustado. Un saludo
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